Querido hijo:
Te escribo esta carta con mucho cariño para contarte una experiencia de mi vida que se que mas adelante te servirá muchísimo en tu futuro. Esto sera un gran consejo para que aprendas en no dar la mano a cualquier persona.
Cuando tuve 15 años, pude lograr un gran proyecto en mi liceo donde estudiaba que era formar un periódico escolar para informar a los estudiantes de cosas que pasan afuera y adentro del establecimiento. La cosa es que este proyecto lo estuve formando desde primero medio, cuando recién había cumplido 14 años. Mi idea era que el liceo mejorara en términos informativos para que ningún alumno quedara fuera de las pequeñas cosas que deberían saber. Al principio no tuve mucho ayuda que digamos, pero yo solo fui creando esta gran idea, la cual durante mi camino se atravesaron muchas dificultades con personas que querían verme en el suelo, pero obviamente tu padre no dejo hacer tal cosa, con lo que seguí con mi idea.
Una vez llegó un nuevo director al liceo, donde su propósito fue escuchar a todo estudiante que tenia algún proyecto en mente y hacerlo realidad, con lo que me metí entremedio de esos proyectos, pero claro al principio tenia mucho miedo de ser rechazado, cosa que no fue así, porque al director le interesó mucho mi proyecto y junto con otras personas que eran inspectores y profesores me ayudaron, y mi proyecto fue enviado a una fundación que tiene mucha plata, así que al cabo de dos largos meses recibí una carta en el liceo donde adentro del sobre, había un cheque con diez millones de pesos. Me sentía muy feliz, así que le pase esa plata al director para que el comprara todos los materiales para arreglar alguna sala que este en mal estado y que esa sea la sala del periódico escolar.
Lo peor de todo eso fue que al cabo de tres meses, llegaron las malas noticia. El director, los inspectores, y los profesores se iban a cambiar a otro establecimiento, pero yo no me sentía triste, pero lo que sí es que me preocupe mucho cuando las cosas para la sala no habían llegado, pero para mayor sorpresa, todas esas personas que me ayudaron, se fueron con todo el dinero en los bolsillos. Se rieron en mi cara, me dieron la espalda, y en ese momento querido hijo, mi vida se arruinó, porque todos mi sueños los echaron abajo, hasta el suelo, quedando en la tierra todo empolvado. Llegue a tal extremo que empese a insultar a tus abuelitos, a tus tíos y a todo familiar que te quiere mucho querido regalón mío. Estaba muy enojado.
Con el paso del tiempo, un tío tuyo me ayudo a reanimarme para seguir adelante, me hizo hacer muchas cosas que eran muy divertidas como interactuar con la naturaleza, ayudar a otras personas, pedir disculpas a la familia para poder sentirme mejor y funciono mucho, porque yo llore mucho y toda esa pena me sirvió para aprender que en la vida con hay que confiar en todos, las personas pueden ser buenas por fuera, pero por dentro soy muy pero muy malas, así que mi chiquitín quiero que esto te sirva mucho en la vida, si tu algún día quieres hacer algo, hacelo pero nunca confíes en las personas que te quieren hacer daño, son personas que le gusta dañar a los demás para ellos sentirse bien, y tu sabes que puedes confiar en mí, porque yo nunca te abandonare, porque tu eres la razón por la que yo estoy en este mundo y yo te amo mucho mucho mucho hijo mio, así que espero que te ayude mucho esto y recuerda que estoy siempre para ti.
Se despide con mucho amor
tu papá.
PD: No dejes que ningún otra persona lea esta carta.